Numerosas organizaciones estuvieron envueltas en los planes preparatorios para que la investidura del flamante presidente de los EE.UU. Barack Obama transcurriera sin problemas, y entre ellas estuvieron los radioaficionados para asegurar que funcionaran las comunicaciones en caso de que fallaran los medios normales de comunicación.
Las Oficinas de Emergencia de Virginia y Maryland y otras jurisdicciones del área metropolitana de Washington requirieron a la Sección de la ARRL de Virginia la ayuda de los radioaficionados para proporcionar comunicaciones a corta distancia el día de la investidura en caso de que fuera necesario, y durante meses los radioaficionados estuvieron preparándose para el gran día por si surgía algún imponderable.